Nos conocimos hace ya diez años en el primer día de universidad. Dos niñas muy distintas (y absolutamente complementarias) que apenas cursando el segundo semestre ya habían decidido hacer juntas su proyecto de grado. El tiempo pasó, la vida cambió, las niñas se hicieron mujeres y muchas cosas se transformaron en el camino. Lo que no ocurrió fue que presentáramos una Tesis juntas, lo que si se mantuvo -a pesar de una cantidad de decisiones que nos llevaron por senderos diferentes- fue nuestra presencia constante en la vida de la otra.
Luego de varios cambios de código telefónico, finalmente vivimos en la misma ciudad y las llamadas de una hora volvieron a ser encuentros de cafecito con conversa extendida. Ratos de desahogo, confesiones y risas que por lo general comienzan con un: “Marica, no te pasa que…?” Y siguen con el planteamiento de algún tema que nos inquieta.
Así, hablando, hablando y ordenando millones de cafés, decidimos crear un canal de intercambio lo más parecido posible a eso que surge cada vez que estamos juntas. Un “espacio seguro” para compartir, contrastar, probar y conectar, pero sobre todo para acompañarnos a transitar. Un blog en el que (al mejor estilo de las series favoritas de las millennials), las protagonistas lazan a Internet sus dudas, ideas, experiencias, miedos y procesos, esperando que le resuenen a alguien más -o a muchos más-, y poco a poco ese resonar deje de sentirse eco solitario para convertirse en coro de voces que opinan, aportan y se retroalimentan.
Pues sin dar más vueltas… Aquí está, para ustedes y para nosotras: No te pasa que…? Nuestra conversación abierta. Pensado para darnos la licencia de cuestionarnos en voz alta. Para construir o deconstruirnos (que muchas veces es más necesario), y para mirarnos mas claramente gracias a la puesta en común. Esa que alivia, nutre, recarga y te recuerda que los procesos son colectivos. Sin importar el contexto, hay cosas que NOS PASAN A TODOS, en todas las franjas horarias. Y definitivamente pausar, replantear, sanar y seguir se hace más fácil con una amiga (o dos) de la mano.
Bienvenido a este rinconcito de nuestras vidas. Esperamos que lo disfrutes y cuides con tanto amor como nosotras hemos empleado para crearlo.
Att: Kris y Angela.